jueves, 11 de febrero de 2010

La economia del miedo

Exequiel Cunibertti, Buenos Aires Economico, Viernes 15 de enero de 2010

En un mundo capitalista para cada fenómeno existen determinados intereses que suelen ser respaldados económica, financiera y políticamente. En este sentido, se puede analizar cómo las editoriales de la mayoría de los medios masivos de comunicación están a la orden de ciertos intereses. De esta forma, si analizamos la agenda marcada por los grandes medios concentrados durante este año encontraremos una consonancia respecto a determinados intereses particulares.
Durante el primer semestre aparecieron en todos los medios masivos de comunicación como centro de pánico y de temor del ciudadano enfermedades como el Dengue y la Gripe A. Desde julio olvidamos por completo las enfermedades, y la escena mediática fue ganada por la política como resultado de las elecciones legislativas y por el “desinterés” del gobierno ante las necesidades de ciertos sectores de la economía, particularmente el agropecuario. Por último, las tapas se ocuparon de dos hechos fundamentales en la segunda parte del año: el “absoluto rechazo” al gobierno en las últimas elecciones y el nuevo congreso que se constituyó como resultado de la misma y el “intento de control K” de los medios como resultado de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales.
Sin embargo, a lo largo de todo el año y variando el nivel de intensidad existió un invitado particular de la escena mediática: la inseguridad. De esta forma, por todos los noticieros y en la tapa de los diarios más masivos aparecieron casi en forma permanente hechos delictivos como robos, secuestros, violaciones y muertos. A fin de año se sumaron frases a la escena distintas frases que “corroboraban” la escala de inseguridad “reflejada” en los grandes medios de comunicación: “Nos están matando a todos”, “Si no se reprime es un caos”, “esto ya es Colombia”.
La pregunta central que surge entones es: ¿por qué la inseguridad es tan importante para los medios masivos de comunicación? Una posible respuesta es que efectivamente la Argentina ya es Colombia y los niveles de inseguridad por lo tanto son intolerables. En este sentido, lo único que estarían haciendo los medios concentrados de comunicación es reflejando la realidad.
Efectos del neoliberalismo: A partir de los inicios de la década del setenta comienzan a imponerse los principios del Neoliberalismo de Friedrich Von Hayek y Milton Friedman, los cuales expresaban en líneas generales que el Estado sólo debía encargarse de asegurar el marco jurídico para que de esta manera se cumplan los contratos entre los agentes privados de la economía, garantizándose así la libertad económica.
Neoliberalismo mediante se inicia un proceso expansivo de desigualdad social donde se polariza la sociedad y se caracteriza por la existencia de un pequeño núcleo de personas que concentra la riqueza y una mayoría que logra sobrevivir con esfuerzo y mucha suerte. Por lo tanto, el Estado Benefactor es “pulverizado” por el Neoliberalismo, generando un despegue de la inseguridad a nivel global.
En la Argentina la imposición del neoliberalismo y sus consecuencias se produjo a partir del golpe de Estado de 1976 y se legitimó y profundizó con los sucesivos gobiernos democráticos hasta el 2003.
Ahora bien, cabe preguntarnos ¿Argentina presenta la misma situación de inseguridad que Colombia?. Veamos las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas que presentó su último informe sobre las victimas por homicidio medido cada 100.000 habitantes. Nos dirigimos a la sección “América Latina” y allí buscamos la República Argentina. Para nuestra sorpresa lo que hallamos poco tiene que ver con la realidad presentada por los noticieros y titulares de los diarios. Mientras que la cantidad de homicidios en el país es de 5,5 personas cada 100.000 habitantes, en Colombia los casos ascienden a 61,1. Según la ONU, entonces, la Argentina no es Colombia.
Siguiendo con los datos: en el caso de Brasil es de 30,8 casos cada 100.000 habitantes, Bolivia 5,3; Chile 5,5; Ecuador 18,5; Guayana Francesa 19,2; Paraguay 17,8; Perú 5,7; Surinam 11,8; Uruguay 6,0 y Venezuela 37,0. Veamos América del Norte: México 11,3; Canadá 2,0 y Estados Unidos, la potencia mundial y referente en materia de seguridad para amplios sectores de la sociedad argentina, 5,9 casos cada 100.000 habitantes.
El negocio del miedo: Por lo dicho anteriormente podemos afirmar que si bien la inseguridad existe los números nacionales se alejan de realidades regionales mucho más difíciles. Incluso la situación de la Argentina se encuentra mucho mejor en tema de inseguridad que la mayoría de los países de América. Entonces volvamos a la pregunta original ¿por qué la inseguridad es tan importante para los medios masivos de comunicación? Existen fuertes intereses económicos detrás de la imposición de la inseguridad como principal tópico de la agenda pública.
Por ejemplo, en el año 1999 la inseguridad generó ingresos por 1.000 millones de pesos convertibles a dólares, incluyendo la venta de rejas, alarmas, custodios y cámaras de seguridad. Desde 1995 a 1999, donde muchos sectores productivos se encontraban estancados y al borde de la desaparición, el negocio de la inseguridad aumentó un 22,2%.
Asimismo, se verificó un fuerte crecimiento del mercado laboral de la seguridad privada. Mientras que en 1989 existían 30 mil vigiladores, en 1997 ascendían a 70 mil, es decir, que durante este período se experimento una expansión del 133% en la mano de obra empleada en la seguridad privada.
En la actualidad la seguridad privada mueve 10 mil millones de pesos. Al analizarse los datos de crecimiento del negocio de la seguridad privada existió un pico en el período 2001-2003 donde se expandió un 7,9%. Es decir, mientras que el país se hundía en su más profunda crisis, el negocio de la seguridad privada vivía sus años dorados.
En el 2009 el mercado laboral que ostenta este negocio reúne a 200.000 vigiladores privados, de los cuales un 25% se encuentra trabajando en “negro” con sueldo que rondan los $6,25 la hora promedio y una jornada laboral de 10 horas diarias.
Un verdadero negocio en expansión y sin riesgo siempre y cuando la inseguridad sea la noticia más importante para los medios de comunicación.
Detrás de este fenomenal negocio se encuentran las empresas de Seguridad Privada nucleadas en la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigaciones (CAESI), asociada a la Federación Panamericana de Seguridad Privada (FEPASEP). En octubre de 2009 se celebró el “VII Congreso de FEPASEP-Seguridad Privada-Factor de Unión”. El cierre lo dio el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, mandatario que permitió la instalación de siete bases militares norteamericanas en Latinoamérica, y a quien la CAESI le entregó un presente expresándole “que el recuerdo alcanzaba también a la gran mayoría del pueblo argentino, que lo tiene asumido como un verdadero ejemplo de líder de la democracia latinoamericana”.
Por lo tanto, la inseguridad existe aquí y en todo el mundo. Es consecuencias, en buena medida, de la desigualdad y la marginación social. Su incrementó (o retroceso) ésta en sintonía con el desmantelamiento (o la reconstrucción) del Estado de Bienestar.
Muchos de los chicos de 15 años que en la actualidad salen a delinquir son los mismos chicos que en el año 2001 tenían 7 años y veían a sus padres desempleados, desprotegidos por el Estado y marginados de la sociedad.
¿Qué hizo el gobierno nacional para reducir el crecimiento de la inseguridad? Desde el año 2003 se redujo el desempleo, la pobreza, la indigencia, se crearon cooperativas de trabajo, se redujo el trabajo no registrado, se incluyeron 4 millones de nuevos jubilados, se brindo la asignación universal por hijo, es decir, se llevaron a cabo distintas políticas públicas que permitieron un mayor grado de igualdad e inclusión social. Revertir en gran parte las condiciones de vida que nos dejó el neoliberalismo permitió que, según los datos de la ONU, la Argentina es uno de los países con mayor grado de seguridad de América. Sin embargo, mientras la inseguridad genere negocio, la Argentina para los medios concentrados de comunicación seguirá siendo Colombia.

No hay comentarios: